En México contamos con varios organismos y leyes que promueven la transparencia financiera y gubernamental, aún así México es uno de los países con mayor índice de corrupción en el mundo. Según el Banco Mundial el costo anual de la corrupción en México es de 9% del PIB, es decir, que de cada 100 pesos que se generan, 9 se utilizan para sobornos o mordidas. Además, la Encuesta de Fraude y Corrupción de KPMG reporta que el 44% de las empresas en México realizan pagos extraoficiales a funcionarios públicos.
Pero la corrupción no es un problema que exista únicamente dentro de los organismos del gobierno, sino que podemos encontrarlo dentro de todos los sectores de la sociedad. De acuerdo a estudios del INEGI, al año existen más de cuatro millones de actos de pequeña corrupción entre ciudadanos y autoridades.
¿Cómo afecta la corrupción a las empresas?
Se incrementan los costos de operación y se crea un ambiente de negocios donde los honestos están en desventaja y sus políticas y prácticas no tienen lugar en el mercado. También aumentan los costos operativos y se pierde la competitividad: los recursos financieros utilizados en sobornos tienden a ser más caros que los permisos o licencias que se están adquiriendo.
¿Por qué no funciona la transparencia?
Aunque existen programas, leyes e instituciones para promover la transparencia y evitar la corrupción, el obstáculo más grande para lograr un cambio es que tenemos esas leyes sin presupuesto, sin personal, sin infraestructura. Por ejemplo, existe el Sistema Nacional Anticorrupción, pero no se ha designado a un fiscal anticorrupción y, por ello, los delitos relacionados con la materia no están vigentes.
Es necesario no sólo crear y cumplir las leyes sino implementar las herramientas, la tecnología y los recursos suficientes para hacer la transparencia una realidad. Fomentar el uso de datos abiertos y los sistemas de gobierno en línea, así como el uso de plataformas de administración financiera públicas, como Glass, como una forma de iniciativa para a mejorar la transparencia en las cuentas públicas y los presupuestos.
Ser transparente en tus prácticas financieras, ya sea a nivel personal o empresarial está en tus manos. Con Glass no sólo puedes tomar control de tus finanzas, sino que puedes ayudar a hacer de la transparencia algo común. Empieza a cambiar la forma en la que manejas tu información y únete a Glass. Haz de la transparencia financiera una realidad.
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